El proceso comercial funciona como una conquista personal: todos queremos comprar, y vender, pero solemos rechazar a quien presiona, insiste, o es demasiado obvio en su necesidad. Si somos compradores, queremos investigar, evaluar, pedirle recomendación a nuestros conocidos. Cuando ya somos rechazados por la otra persona, retomar la senda de la conquista es más difícil.